Influenza por virus A H1N1

Los tipos virales más comunes son A y B. La influenza A comprende a su vez, varios subtipos virales. Las tres pandemias presentes en el siglo XX –la de 1918 (“Influenza Española”) causada por virus H1N1, la de 1957 (“Influenza Asiática”) por el virus H2N2 y la de 1968 (“Influenza de Hong Kong”) por el virus H3N2— tuvieron una dispersión rápida alrededor del mundo.

La Influenza se transmite de persona a persona a través de las secreciones nasofaríngeas (mucosidad, flema, saliva) en las cuales se encuentra el virus, de tal forma que la dispersión de la enfermedad es relativamente fácil. Por este motivo se hacen necesarias las medidas de prevención, como el lavado frecuente de manos con agua y jabón, evitar saludar de mano y/o beso, al estornudar cubrirse la boca y nariz con la parte interna del codo, uso de cubre-bocas, aislamiento en caso necesario y al presentar un cuadro clínico sugestivo, consultar inmediatamente al médico.

La sintomatología es similar a la de un resfriado común, con la diferencia de que el inicio es de forma súbita, con cefalea (dolor de cabeza) intensa y fiebre considerable (superior a 38 grados Celsius).

Sin embargo, las enfermedades pueden manifestarse en cada persona de forma diferente; por lo que siempre se sugiere consultar al médico para que previo reconocimiento clínico y, si así lo decide, mediante análisis de laboratorio, establezca o descarte el diagnóstico y prescriba el tratamiento.

Los análisis de laboratorio que se encuentran al alcance son:

1. Prueba Rápida, que no es específica para el virus A H1N1; en caso de ser positiva, únicamente diferencia entre Influenza A o B. 

2. Prueba de PCR, específica para el virus A H1N1. 

En Laboratorios Exakta el resultado de la prueba rápida se entrega en aproximadamente dos horas, dependiendo de la demanda. La prueba de PCR se entrega el mismo día, después de las 19 hrs.; siempre que la muestra sea tomada antes de las 12 hrs. 

Si requiere mayor información, con todo gusto le atenderemos telefónicamente o en contacto.

Por tratarse de una enfermedad viral, puede prevenirse mediante inmunización (vacunación). La vacuna correspondiente se logró desarrollar poco tiempo después de iniciada la pandemia y se pudo disponer de ella en nuestro país. Como era de suponer no existían dosis disponibles para toda la población, por lo que un objetivo fue vacunar a las personas en mayor riesgo de poder contagiarse. Se considero para ello cinco grupos poblacionales: i) embarazadas, ii) personas que viven con, o cuidan en guarderías a niños menores de 6 meses de edad, iii) personal de servicios de salud, iv) niños y adultos jóvenes con edades entre 6 meses y 24 años, y v) personas entre 25 y 64 años que puedan, en caso de adquirir la enfermedad, estar en riesgo alto de presentar complicaciones.

En relación al tratamiento, ha sido básicamente con antivirales específicos y medicamentos sintomáticos.

Para concluir, es elemental señalar que la enfermedad no se trasmite por el consumo de carne de puerco.  También es importante indicar que debido a la gran demanda de medicamentos antivirales, análisis de laboratorio y dosis de vacunas; y con la finalidad de su utilización razonable, es necesario, como ya se ha mencionado, consultar primero a su médico.