Cistitis

Cistitis

Se entiende por cistitis la inflamación de la vejiga, misma que es percibida como una sensación de ardor al orinar y puede ser acompañada de sangre en la orina, dolor y fiebre.

 

La cistitis puede ser causada por una infección bacteriana de la vejiga o de las vías urinarias inferiores, y puede ser de dos tipos:

  • Aguda (de instalación súbita)
  • Crónica (de larga evolución).
 

            La cistitis  es causada por bacterias que ingresan por la uretra a la vejiga condicionando una infección que puede extenderse en forma ascendente a las vías urinarias superiores, en particular a los riñones. La bacteria causante más frecuente es Escherichia coli que generalmente se encuentra  en el tracto gastrointestinal.

            En pacientes sanos, las bacterias que intentan colonizar el tracto urinario son eliminadas al momento de orinar. Cuando se presenta una infección se requiere tratamiento antibacteriano específico; aunque existen algunas bacterias que son resistentes a los medicamentos, pues se adhieren a las paredes de la uretra o vejiga, donde se multiplican y/o “acantonan”,  persistiendo así la infección. 

            La Incidencia de la cistitis es más común en las mujeres que en los hombres -la relación conocida actualmente es de 10:1- debido a su uretra* corta (aproximadamente 4 cm. de longitud), y a su situación anatómica cerca de la región anal. Tales condiciones favorecen la transmisión y/o migración de las bacterias desde la piel y los órganos genitales hacia el interior del organismo.

            En los hombres la cistitis es poco frecuente debido a que la uretra es más larga (aproximadamente de 13 a 15 cm. de longitud), lo que constituye, hasta cierto grado, una barrera para la infección bacteriana.

*La uretra es el conducto que lleva la orina de la vejiga al exterior


Factores de riesgo

            La cistitis es más frecuente en las personas que tienen  alteraciones en la uretra, lo cual condiciona dificultad para el vaciamiento vesical. En las mujeres, la presión sobre la vejiga durante el embarazo, el acto sexual, o el uso de un diafragma, aumentan el riesgo de cistitis. La menopausia también aumenta el riesgo de una infección urinaria.

            Entre otros factores se encuentran:

           
  • El uso de sondas vesicales.
  • Datos de obstrucción en la vejiga o uretra.
  • Enfermedades de la próstata que condicionan retención urinaria.
  • Diabetes.
  • Enfermedades del intestino.
  • Embarazos.
  • Personas de edad avanzada y/o con alteraciones mentales.
  • Personas con inactividad prolongada.
 
Una vez instalada la enfermedad se observa:
 
  • Malestar general en el vientre.
  • Deseos de orinar frecuentemente.
  • Sensación de querer seguir orinando aunque la vejiga este vacía.
  • Ardor para orinar, orina turbia y fétida, pudiendo haber pus y/o sangre.
  • Dolor en el pubis.
  • Malestar general.
  • Fatiga, debilidad.
  • Escalofríos, fiebre y/o vómito.
  • En personas mayores puede presentarse confusión mental.
 

            Una persona que sufre frecuentemente de cistitis debe consultar al médico, particularmente al urólogo, para tratar de identificar la(s) causa(s); e incluso deberá descartar la posibilidad de anormalidades en la vejiga, los riñones o los uréteres*. En algunos casos la cistitis puede desaparecer por sí sola, pero cuando se prolonga más allá de tres días o se aprecian restos de sangre en la orina, hay que acudir al médico de inmediato.

*El uréter es el conducto que lleva la orina de los riñones a la vejiga.

            Los  exámenes que son útiles para descubrir la causa orgánica de la cistitis por lo general son:

  • Análisis  de orina
  • Urocultivo, para identificar al germen responsable.
  • Urografía excretora -un tipo de radiografía que permite observar la función renal, los uréteres y la vejiga-.
  • Ultrasonido de Abdomen inferior, que permite además un cálculo certero de la orina residual.
  • Tomografía Axial Computarizada (UROTOMOGRAFÍA) 
 

Tratamiento


Por lo general el médico prescribirá el uso de antibióticos para eliminar la infección.
 

Hoy en día raramente se dan complicaciones; sin embargo se pueden presentar, consistiendo en:

  • Infección crónica de vías urinarias.
  • Infección renal
  • Insuficiencia renal.
 

Medidas Preventivas

Como medidas  preventivas se recomiendan cambios en algunos hábitos:

  • Beber abundantes líquidos: se recomiendan de ocho a nueve vasos de agua al día.
  • Evitar o disminuir el consumo de bebidas que irriten la vejiga como alcohol y café.
  • No retrasar el momento de orinar, ya que esta situación favorece la proliferación de bacterias.
  • En el caso de las mujeres:
    • Usar ropa interior de algodón y cambiarla diariamente; evitar usar ropa ajustada.
    • Al usar traje de baño, evitar sentarse por mucho tiempo
    • Utilizar preferentemente toallas sanitarias en lugar de tampones, las cuales deberán cambiarse frecuentemente.
    • Evitar desodorantes vaginales, baños de burbujas u otras sustancias irritantes; y si utilizan diafragmas para evitar el embarazo, considerar cambiar a otro método anticonceptivo.
    • Después de evacuar, limpiar la región anal de adelante hacia atrás para no contaminar la entrada de la uretra con restos fecales.
    • Si se padece cistitis frecuentemente, beber un vaso de agua antes del acto sexual y orinar al finalizar; esto ayuda a evacuar cualquier bacteria alojada en la uretra.

 


Bibliografía.
 

1.     Nicolle LE, Bradley S, Colgan R, for the Infectious Diseases Society of America, American

Society of Nephrology, American Geriatrics Society. Infectious Diseases Society of

America Guidelines  for  the diagnosis and treatment of asymptomatic bacteriuria in

adults. Clin Infect Dis. 2005; 40:643-654.

2.     Mendoza AE, Sepúlveda MAl. Infecciones del tracto urinario en: Manual de Protocolos

y Urgencias para Residentes cap 75. Sociedad Española de Medicina de Urgencias Médicas. 2003. www.cht.es/docenciamir/Manual/Cap57.pdf