Hepatitis

Hepatitis

El término Hepatitis se refiere a la inflamación del hígado, la cual puede deberse a una infección (habitualmente viral), a sustancias tóxicas o a fármacos. La sustancia tóxica que más daña al hígado es el alcohol: la ingestión excesiva súbita produce hepatitis aguda y la ingestión excesiva prolongada produce, en un primer momento hígado graso, más adelante hepatitis crónica y por último cirrosis alcohólica. Los fármacos de eliminación o de metabolismo hepático pueden dañar los mecanismos bioquímicos de las células hepáticas causando hepatitis aguda farmacológica y más adelante hepatitis crónica similar a la de los tóxicos.

La hepatitis viral es una enfermedad infectocontagiosa que desencadena daño hepático difuso de intensidad variable, desde alteraciones mínimas, hasta la necrosis masiva aguda. La infección está producida por virus que particularmente afectan al hígado o virus hepatotróficos: Hepatitis A, B, C, D, E, F, y G. Existen otros virus que lo afectan en forma secundaria: virus Epstein Barr, Citomegalovirus, etc.

Manifestaciones Clínicas

  • Asintomática: La presencia del virus  ocurre sin manifestaciones clínicas.
  • Subclínica o Anictérica: Antecedentes de contacto con personas infectadas y leves manifestaciones digestivas con elevación de enzimas hepáticas.
  • Aguda: Caracterizada por:
    • Fiebre
    • Pérdida del apetito
    • Malestar general con debilidad y cansancio
    • Náuseas, sensación de plenitud gástrica y vómitos
    • Dolor en la parte alta del abdomen.
    • Después de 2 a 4 días aparece:
    • Coluria (coloración oscura de la orina)
    • Hipocolia o acolia (heces con disminución o ausencia de color, que es dado por los pigmentos)
    • Ictericia (coloración amarilla de piel y mucosas)
    • Hepatomegalia (aumento de tamaño del hígado)
    • Ocasionalmente esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo)

Los síntomas iniciales desaparecen entre el 5º y 9º día, persistiendo la ictericia, la cual comienza a menguar después de la 2ª semana, observándose una total recuperación entre la 3ª y 4ª  semana en la mayoría de los pacientes. Alrededor de un 5% de los casos puede prolongar su sintomatología por un periodo de 2 a 6 meses. Estos síntomas corresponden en general a las hepatitis A y B y pueden presentarse en mayor o menor grado en los otros tipos de hepatitis virales.

Hepatitis A (HA)

Es una enfermedad que ha sido identificada desde el siglo XVII; sin embargo, su causa viral fue postulada hasta 1940 y confirmada en 1944. Es benigna, autolimitada, con un periodo de incubación aproximado de 28 días y afecta  predominantemente a los niños en una forma anictérica y frecuentemente subclínica.

La enfermedad clínica suele ser leve o asintomática. El VHA (Virus de la Hepatitis A) no produce hepatitis crónica y sólo en raras ocasiones causa hepatitis fulminante; existe por todo el mundo y es endémico en países con higiene y salubridad deficientes. Por lo general, el VHA es responsable de cerca del 25% de los casos mundiales de hepatitis aguda clínicamente manifiesta.

Se transmite por la ingestión de agua y alimentos contaminados (especialmente mariscos), y se elimina en las heces fecales durante 2 semanas antes 1 semana después del inicio de la ictericia, lo cual explica la aparición de brotes en ámbitos institucionales como escuelas y círculos infantiles. Las medidas para prevenir la diseminación incluyen: cuidadoso lavado de manos antes de preparar alimentos, mejora en la limpieza de fuentes de agua y manejo adecuado de excretas.

Hepatitis B (HB)

La HB es considerada un importante problema de salud pública mundial, por su distribución geográfica, por el número de portadores crónicos (alrededor de 400 millones), y por su relación con enfermedades hepáticas crónicas y hepatocarcinomas que causan más de 1 millón de muertes anuales.

El virus de Hepatitis B (VHB) puede producir:

  • Hepatitis Aguda.
  • Hepatitis crónica no progresiva.
  • Hepatitis crónica progresiva que finaliza en cirrosis.
  • Hepatitis Fulminante con necrosis hepática masiva.
  • Estado de portador asintomático con o sin enfermedad progresiva.

Es un virus resistente y puede soportar grados extremos de temperatura y humedad; por tanto, la sangre y las secreciones corporales tales como el semen, secreción vaginal, y leche materna entre otros, son los vehículos primarios de la infección.

Hepatitis C (HC)

La mayor importancia de la HC radica en que estos pacientes desarrollan, en un alto porcentaje, infección crónica pudiendo llegar a cirrosis hepática, la cual puede asociarse en algunas ocasiones con la aparición de cáncer de hígado. Otra característica descrita con frecuencia en la evolución de estos pacientes es la gran fluctuación en el nivel sérico de transferasas, que puede variar hasta en 10 veces con respecto al valor anterior en períodos de pocos días. La enfermedad se presenta más frecuentemente en adultos; los casos informados en niños menores de 15 años son poco frecuentes.

El periodo de incubación varía entre 2 y 26 semanas con una media entre 6 y 12. El ARN (Acido Ribonucleico) del Virus de la Hepatitis C (VHC) se detecta en la sangre durante 1 a 3 semanas coincidiendo con la elevación de las transferasas séricas.

La infección persistente y la hepatitis crónica son los signos característicos dela infección por VHC, generalmente asintomática. La cirrosis puede estar presente en el momento del diagnóstico o puede desarrollarse 5 a 10 años después.

La principal vía de transmisión son las transfusiones sanguíneas, y la exposición a punzocortantes con sangre infectada, ésta última muy común en drogadictos por vía intravenosa.

Hepatitis D (HD)

Causada por el virus Delta, sobreviene a una infección previa con el virus de la hepatitis B, ya que éste es necesario para la presencia del primero. Se presenta mayormente en pacientes transfundidos y en consumidores de drogas por vía intravenosa.

Hepatitis E (HE)

Es una enfermedad similar a la hepatitis A. Se considera un problema de salud pública en todo el mundo, ya que la morbilidad y mortalidad son significativas al afectar a gran número de personas principalmente adultos jóvenes entre 15 y 40 años. No hay evolución hacia formas crónicas y no se han reportado casos de cirrosis asociados. En mujeres embarazadas la mortalidad es mayor al 20 %, dado el desarrollo de formas graves o fulminantes.

El mecanismo de transmisión es fecal-oral, sus síntomas y el examen físico son similares a los descritos en la hepatitis aguda, donde se destaca la ictericia.

El tiempo de incubación, desde que una persona es infectada hasta la aparición de los primeros síntomas, dura como promedio de 30 a 40 días. Hoy en día los investigadores han identificado los genotipos virales por su país de origen: Burmés o Birmano, Mexicano, Estadounidense y Chino; también llamados Genotipos 1, 2, 3  y 4.

Actualmente la implementación de medidas sanitarias más rigurosas: principalmente el mantener las aguas residuales y no tratadas separadas de las fuentes de agua potable, así como la adecuada higiene en la preparación de alimentos, son las principales medidas de prevención.

Hepatitis G (HG)

Ha sido recientemente descrita. Puede coexistir con la hepatitis B o C y se transmite fundamentalmente por vía parenteral. El cuadro clínico se caracteriza por ser poco sintomático, aunque la infección puede tener tendencia a la cronicidad. Aún no se conoce su tratamiento ni las posibilidades de prevención.

Utilidad del Laboratorio

El resultado de laboratorio más característico en la hepatitis viral es la elevación de las transferasas o transaminasas, cuyo valor puede alcanzar desde10 hasta 100 veces el máximo normal. La elevación de estas enzimas se traduce en la muerte de las células del hígado, y su determinación constituye la prueba de laboratorio más empleada, tanto en el diagnóstico como en el seguimiento. Su elevación se inicia en el período asintomático, llegando a su máximo en el momento de aparición de la ictericia, y su descenso es lento y progresivo.

La presencia de bilirrubinas en sangre es de grado variable, con elevación de ambas fracciones pero con predominio de la fracción conjugada o directa. La elevación de fosfatasa alcalina, misma que puede ser leve o casi nula, está relacionada con la acumulación de bilis que se dé en cada caso.

La protrombina, proteína formada en el hígado, constituye un buen índice funcional. En caso de daño hepático agudo, un valor por debajo de 40% de esta proteína en sangre, que no se corrige con vitamina K, sugiere una insuficiencia hepática grave.

Las vacunas han demostrado ser la base del control, eliminación y erradicación de enfermedades en el mundo. Después del agua potable son la herramienta más exitosa para la prevención primaria, y la Hepatitis A y B no son la excepción. Por ello le sugerimos consultar con su médico sobre la conveniencia de los esquemas disponibles.

Ante cualquier síntoma que sugiera la presencia de esta enfermedad, acuda de inmediato con su médico para su diagnóstico, evaluación y seguimiento. Laboratorios Exakta pone a su disposición los siguientes estudios:

  • Pruebas de función Hepática Parcial (bilirrubinas y transferasas, fosfatasa alcalina o gama glutamil transferasa)
  • Perfil Hepático Completo (proteínas séricas con electroforesis, fosfatasa alcalina, tiempo de protrombina, gama glutamil transferasa, bilirrubinas y transferasas).
  • Anticuerpos IgM contra el virus de la Hepatitis A.
  • Anticuerpo total contra el virus de la Hepatitis A.
  • Antígeno de Superficie de Hepatitis B.
  • Anticuerpos anti antígeno e de Hepatitis B.
  • Anticuerpo IgM anti antígeno c de Hepatitis B.
  • Anticuerpo total anti antígeno c de Hepatitis B.
  • Anticuerpo anti antígeno de superficie de Hepatitis B.
  • Antígeno e de Hepatitis B.
  • Anticuerpo anti Hepatitis C (core, NS3, NS4)
  • Anticuerpos anti Hepatitis.
  • Examen general de orina.
  • Carga Viral de Hepatitis B.
  • Carga Viral de Hepatitis C.
  • Genotipo viral de Hepatitis C.

Bibliografía.

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